Enero 2019
Un fin de semana largo y de chicas por La Medina de Marrakech solo podía dejar buenos recuerdos a su paso. Con un Enero pasado por agua en el norte de España, nos cogimos un vuelo rumbo África, rumbo al calor. Llegamos un viernes ya anocheciendo y la temperatura que nos recibió en el aeropuerto Menara fue una maravilla.
Por no regatear desde el minuto uno, decidimos dejar un precio cerrado con el transporte de nuestro Riad. Llegamos a esta caótica ciudad de noche y eso suele crear sensaciones raras. Hasta la mañana siguiente no comprobaríamos realmente donde estábamos.
Nos alojamos en el Riad Alegría. Precioso, acogedor y cerca andando de todo. Dejamos las cosas en las habitaciones, y el chico de recepción nos recomendó un restaurante típico cerca. Unos tés después nos fuimos a dormir para recargar pilas.
Para el sábado por la mañana teníamos reserva de Free Tour (necesario allá donde vayas) con la empresa Civitatis. A las 9 y media ya estábamos en la famosa plaza Jamaa El Fna, y tras una buena organización nuestro grupo se puso en marcha para empaparnos durante casi 5 horas de las principales pinceladas de la ciudad.

Recorrimos el barrio Judío, mercados locales, algunas zonas del inmenso Zoco, incluso una antigua farmacia Bereber.
Terminamos el tour en el Palacio de la Bahía. Una de las visitas obligadas. Un lugar precioso, con unas habitaciones y patios de sueño.
Por la tarde después de comer nos acercamos atravesando los jardines de el Parque Lalla, hasta el famoso y lujoso hotel La Mamounia. Se puede visitar por dentro, los jardines y zonas comunes.

Tras un descanso en el riad, volvimos a la carga. Esta vez a descubrir la bulliciosa Plaza Jamaa El Fna, que a medida que va anocheciendo se va llenando de gente, los puestos ofrecen sus mejores productos y la música llena el ambiente.
El domingo tras descansar como merecíamos esa noche y un buen desayuno, pusimos rumbo al Zoco. Nos llevó toda la mañana, calles y calles, perdernos y encontrarnos, regatear y volvernos locas. Cada puesto parecía una nueva conquista. Cuando salimos casi sin querer a la Plaza de Las Especias nos encantó. Los restaurantes más modernos dentro de la estética de Marrakech, y unas azoteas súper bonitas. Colores, olores, es todo nuevo y sorprendente la primera vez.
Pedimos ayuda para llegar al restaurante donde queríamos comer, de otra forma no hubiéramos conseguido encontrarlo entre tanta callejuela y tanto puesto, jeje.
Por la tarde nos acercamos hasta el parque que teníamos cerca de nuestro Riad, en el barrio judío, y subimos a la terraza de un hotel-restaurante muy bonito y con cervezas con alcohol 😉 donde nos quedamos hasta que empezó a anochecer.
Pasamos por el Riad a dejar las compras que hicimos durante el día en el Zoco, y salimos a cenar.
A la mañana siguiente desayunamos pronto y aprovechamos la mañana a tope antes de coger el vuelo de vuelta.
Fuimos a visitar las Tumbas Saadies, que es un recorrido corto, pero obligado ya que es precioso, parece un palacio.
La siguiente visita fue el Palacio Badi, que a pesar de estar en ruinas, es un lugar recomendable, sobre todo con el día que nos salió despejado.

A la mediodía recogimos nuestras maletas y con el transporte del Riad volvimos al aeropuerto a esperar nuestro vuelo.
Marruecos es muy grande y volveremos a recorrerlo seguro!!