Septiembre 2019
Este año no teniamos claro ni cuando ibamos a poder escaparnos ni el destino. En realidad hay tantos sitios que queremos visitar que fué una decisión de ultimisima hora en el que los precios nos ayudaron a decidirnos.
Cuba queriamos conocer si o si, y preparamos nuestra ruta en un par de semanas.
La primera parada estaba clara, nuestro vuelo llegaba a La Habana a la tarde, pero por un retraso de la conexión de Paris llegamos de noche. La chica del apartamento nos envió un taxi a recoger. El apartamento una sexta planta en la La Habana vieja, limpio y con todo lo necesario, y eso si unas vistas increibles.
Fueron 2 dias completos los que dedicamos a recorrer la decadente Habana. Y da pena ver como ha envejecido una ciudad que en su día probablemente fuera de las más bonitas del mundo. Probablemente esa decadencia la haga especial y atractiva, pero su gente seguramente querria vivir en otras condiciones.
Podriamos compartir mil fotos de calles, bares, lugares emblematicos..Pero aqui va algún recuerdo.

La siguiente parada sería Viñales. Pronto por la mañana nos recogió un coche del año 52 compartido con otras 6 personas…Esto es Cuba jeje
Nos hizo una parada en el camino para ver una plantación de tabaco y cata de puros.

Viñales es naturaleza, verde mires por donde mires, y un pueblo que se extiende a los 2 lados de una carretera llena de bares y pequeñas casas de comida. todo el mundo alquila habitaciones en sus casas para dormir, asi que este tema es el mas sencillo y económico. En cambio la comida y el transporte es más caro y complicado.

Fueron 2 noches las que nos quedamos, y en un día y medio pudimos ver la zona bastante bien, con rutas y alguna excursión.
Nos esperaba un largo camino hacia el siguiente destino, Trinidad. Salimos pronto de Viñales en un coche compartido que nos llevó de nuevo hasta La Habana, donde cambiamos de vehiculo los que seguiamos. Fueron unas 6horas en total y según llegamos fuimos a nuestra siguiente casa, por cierto nos encantó! La tenian al detalle y nos trataron genial.
Trinidad es fotografiable al 100%, es un pueblo que concentra toda la esencia cubana. Rodeado de naturaleza, con miles de callecitas, casas bajas de colores y una plaza que cada tarde cuando el sol se pone, se llena de locales y turistas al son de buena musica y cocteles de todo tipo.
Algo que le suma puntos también a esta zona es tener las playas del Caribe alado. Hay un autobus que sale desde el pueblo a 4 horas diferentes del día y para en diferentes puntos de la playa, y hay otras 4 horas de vuelta, lo cual es muy cómodo.
Por supuesto las playas son una maravilla, arenas blancas, aguas calidas y chiringuitos.
De las 4 noches que nos ibamos a quedar, pasaron a 3 y el último día en Trinidad hicimos una excursión al Valle de los Ingenios, hasta la Cascada del Cubano. Las formas de llegar son o en caballo individual, o en carro tirado por un solo caballo. Elegimos esta última opción y no la recomiendo por nada del mundo, sobre todo por el caballo, y por que el camino es entero de baches.
Es un recorrido de cerca de una hora, rodeado de naturaleza por todod lados y pequeñas aldeas. La Cascada si llegas pronto es una maravilla, a partir de cierta hora y por culpa del turimo en masa, se vuelve un lugar imposible.
Esa misma tarde pusimos rumbo a nuestro ultimo destino y el que menos nos gustó, Varadero. Cruzamos la isla por la mitad para pasar a la otra costa. Unas 4 horas después llegamos ya de noche. Hicimos 3 noches en un resort de esta zona tan turistica y con muy poco que ofrecer a parte de los kilometros de playa y descanso. Asi que nos quedamos con la parte buena, volver relajados 😉